.
Resulta extraño para la razón y odioso para el sentimiento que acabe en los juzgados la búsqueda y exhumación de los restos del gran poeta García Lorca y sus compañeros de infortunio. Tras más de setenta años, ni las familias se ponen de acuerdo con el proceder ni existe unanimidad en la ubicación de las fosas, sobre las que circulan hasta tres teorías, siendo la más clásica la del barranco de Viznar, en la Fuente de las Lágrimas, el Ainadamar árabe, manantial del que bebía la Granada nazarí.
.
Precisamente con este sonoro título compuso
Osvaldo Golijov (1960) su
ópera de cámara sobre el asesinato de Lorca, su significado humano y el amor como elemento determinante de su destino. Una obra
hermosa, doliente y conmovedora que jugando con el tiempo, introduce distintas capas de realidad sobre la persona y sus anclajes, desde la narración a posteriori de la actriz Margarita Xirgu.
.
El Libreto es de la pluma de
David Henry Hwang, escrito en inglés, y que fue traducido por el compositor al español. Se edifica sobre tres personajes eje, de los cuales uno no tiene voz: Mariana. Correspondiendo los otros dos a Margarita, soprano, y Federico, voz de mezzo.
.
Tras un Preludio de Agua y Caballo, la ópera se estructura en tres imágenes o escenas, cada una titulada como las tres figuras sobre los que pivota el tiempo, e introducidas las tres por la popular balada de Mariana Pineda “Ay, qué día tan triste en Granada”:
I. Mariana: la reflexión de una moribunda Margarita Xirgu desde 1969, sobre los paralelos destinos de Mariana Pineda y Federico García Lorca, llegando a su punto álgido en el aria emocionada de Federico ante la estatua de la heroína andaluza en Granada. Así como sus recuerdos del poeta, su primer encuentro con él y el estreno de su obra.
II. Federico: centrado en el punto más intenso del recuerdo, con el arresto por Ruiz Alonso en casa de los Rosales y el asesinato del poeta, cuya descarga de disparos se transforma en pura música.
III. Margarita: introspectiva y ensoñadora imagen de una moribunda Xirgu que recibe al espíritu de Lorca y muere ofreciendo su vida a Pineda con las palabras Yo soy la Libertad.
.
Musicalmente Golijov despliega, como es norma en su obra, un amplio abanico de temática tradicional con detalles de timbre y articulación de gran poder simbólico, desde la utilización de guitarras clásicas y flamencas, la presencia de un Cantaor como falangista o la introducción de la rumba en la primera escena. Construída en un continuo crescendo, arrebata por su nítido color, las rugosas texturas y el sentido del ritmo que dan estilo y expresividad a la partitura.
Entre los puntos fuertes de la partitura destacaría el Aria de la Estatua rapsódica y noble en su evocación:
.
El centro mismo de la obra, la escena del Arresto, con las súplicas del falangista-cantaor a la familia Rosales para su entrega (se escucha claramente el sustantivo “maricón”), su posterior Confesión y envío a la Ejecución, solemnizada por una imitación gregoriana, y la posterior transformación en música percusiva de los disparos homicidas:
.
.
Por último el final de la obra, en una mística de evocación del espíritu del poeta “Crepúsculo delirante” y posterior muerte de la actriz evocando Yo soy la Libertad. Escena, parece que basada o inspirada en la música de de la transformación de Daphne de R. Strauss (no es mala fuente, no)
Estrenada su primera versión en 2003 en Tanglewood, tras una revisión en 2005 fue llevada al disco al año siguiente contando con la participación de la siempre brillante soprano Dawn Upshaw (una habitual en ópera contemporánea), como Margarita; la cristalina mezzo Kelley O'Connor en el papel de Federico; el cantaor Jesús Montoya como el odioso falangista; y la dirección de Robert Spano con la Atlanta Symphony Orchestra.
Una obra muy, muy recomendable...